La derrota ha provocado una ola de análisis por parte de figuras destacadas del pugilismo.

El entrenador Ángel García comentó que Canelo “parecía agotado físicamente” y “quemado”, sugiriendo que su condición física fue un factor determinante. Por su parte, David Benavidez opinó que el mexicano no tomó la pelea con la seriedad necesaria, atribuyendo su bajo rendimiento a un exceso de confianza y ego, evidenciado por su bajo volumen de golpes. “Está lanzando diez golpes por asalto, así de grande es su ego”, señaló Benavidez.

El promotor Óscar de la Hoya también se pronunció, afirmando que había predicho el resultado debido a que conoce las debilidades de Álvarez y consideraba a Crawford como el “rival perfecto para descarrilar a Canelo”. Tras el combate, el propio Canelo reapareció para enviar un emotivo mensaje a sus seguidores, mostrando resiliencia ante la adversidad.

La pérdida de sus títulos indiscutidos en las 168 libras abre un nuevo capítulo en su carrera, lleno de interrogantes sobre sus próximos pasos, incluyendo una posible revancha o enfrentamientos con otros contendientes de élite.