Esta perspectiva se fundamenta en los años que trabajó de cerca con Álvarez, lo que le habría permitido identificar fallas específicas en su boxeo. Los comentarios de De la Hoya pueden interpretarse desde dos ángulos: como un análisis experto de alguien con información privilegiada y como un nuevo capítulo en la disputa pública que mantiene con su antiguo pupilo desde su separación profesional. La afirmación del “Golden Boy” refuerza la idea de que el equipo de Canelo pudo haber cometido un error estratégico al aceptar la pelea, o que el propio peleador no estaba preparado para el desafío que representaba un boxeador de la talla y habilidad de Crawford. Sus declaraciones, por tanto, no solo analizan el resultado, sino que también se inscriben en una narrativa de rivalidad personal y profesional que ha capturado la atención del mundo del boxeo.