La pelea fue unánimemente analizada como una noche difícil para Álvarez. La leyenda del boxeo Evander Holyfield, aunque calificó el combate como una “gran pelea”, fue claro al señalar que Crawford “era el mejor boxeador” y que “conectó más puñetazos”. Esta visión fue compartida por otros actores del boxeo, pero con un tono más crítico.

David Benavidez, potencial rival de Álvarez, sugirió que el tapatío no tomó el combate con la seriedad debida, atribuyendo su bajo rendimiento a un exceso de confianza.

“Simplemente no parecía estar preparado al 100%.

Está lanzando diez golpes por asalto, así de grande es su ego”, declaró Benavidez.

Desde la esquina de su antigua promotora, Golden Boy, Eric Gómez afirmó que siempre evitaron emparejar a Canelo con peleadores del estilo de Crawford, reconociendo la vulnerabilidad táctica que representaban. Oscar de la Hoya fue más directo, declarando que Crawford era “el rival perfecto para descarrilar a Canelo”. La derrota también fue vista como un “experimento” dentro de los planes de la nueva promotora Zuffa Boxing, respaldada por capital saudí, que busca transformar el espectáculo del boxeo.

Este revés, por tanto, trasciende lo deportivo, impactando su legado, sus futuras negociaciones y su posición en una industria en plena transformación.