Figuras del deporte y analistas discuten si debería buscar una revancha directa contra Terence Crawford o enfocarse en otros combates de alto riesgo para cimentar su legado antes del retiro.

Con un regreso al ring proyectado para mediados de 2026, el equipo de Canelo ya analiza el panorama. Mientras una parte de su entorno considera que necesita una pelea de menor calibre para recuperar el ritmo tras la derrota y la larga inactividad por la cirugía, la prensa especializada y otros boxeadores le urgen a buscar desafíos mayores.

El también boxeador mexicano Isaac “Pitbull” Cruz opinó que Canelo, habiéndolo logrado ya todo, debería cerrar su carrera con broche de oro. Cruz sugirió que una o dos peleas más serían ideales, proponiendo enfrentamientos que le permitirían saldar cuentas pendientes o añadir nuevas glorias a su historial, como una revancha contra Dmitry Bivol o el mismo Crawford, o un combate contra el temido Artur Beterbiev. Esta disyuntiva coloca a Canelo en una encrucijada estratégica: optar por la prudencia con una pelea de preparación o arriesgarlo todo en busca de una victoria redentora que silencie a los críticos y selle su estatus como una leyenda indiscutible del deporte.