Figuras del boxeo y analistas han expresado opiniones divididas, convirtiendo esta decisión en un punto crucial para el futuro del púgil mexicano.

Por un lado, leyendas como Juan Manuel Márquez han desaconsejado un segundo combate, sugiriendo que “a Canelo no le conviene una revancha con Crawford” y que debería buscar otra pelea para reivindicarse. Esta perspectiva se alinea con la idea de que un nuevo enfrentamiento podría acarrear riesgos similares si no se ajusta la estrategia de manera drástica. Por otro lado, la posibilidad de la revancha es una de las principales dudas que rodean al equipo de Canelo, quienes deben decidir si exigen la cláusula contractual o toman un camino diferente. La discusión se enriquece con la visión de otros campeones como Devin Haney, quien cree que Crawford ya lo ha conseguido todo al vencer a Canelo y debería considerar el retiro, lo que implícitamente resta urgencia a una segunda pelea. La contundencia de la victoria de Crawford ha hecho que muchos consideren que el resultado no fue casualidad, lo que alimenta la controversia sobre si Canelo podría revertir el desenlace en un futuro cercano.

La decisión final, por tanto, no es solo deportiva, sino también estratégica para su legado.