Este resultado ha puesto a Canelo en una posición vulnerable, obligándolo a reevaluar su estrategia y su futuro inmediato en el deporte. La pelea fue la segunda de su contrato multimillonario con la empresa árabe Riyadh Season y ha dejado a los aficionados y analistas especulando sobre los próximos pasos del tapatío, incluyendo la posibilidad de una revancha directa para recuperar su posición dominante. La forma en que perdió ha alimentado las críticas sobre su desempeño frente a peleadores considerados de élite, un tema recurrente en las discusiones sobre su legado histórico en el pugilismo.