Esta cirugía ha pospuesto sus planes inmediatos y ha generado información contradictoria sobre la fecha de su regreso al cuadrilátero. La necesidad de la cirugía subraya el desgaste físico de una carrera que se extiende por dos décadas. Mientras una fuente informativa apunta a un posible regreso para el mes de mayo, otra señala que su próxima pelea ha sido pospuesta hasta mediados o finales de 2026, lo que crea un panorama de incertidumbre para sus seguidores y para la propia división.
Esta pausa obligada llega en un momento crucial, donde su posición en la élite del boxeo está siendo cuestionada.
La recuperación de esta cirugía será determinante para definir si puede volver al mismo nivel competitivo y enfrentar los desafíos que le esperan, como una posible revancha con Crawford.
El tiempo fuera del ring también podría influir en su preparación y en la elección de su próximo oponente, ya que deberá asegurarse de estar en óptimas condiciones físicas para afrontar un combate de alta exigencia. La discrepancia en las fechas de retorno informadas sugiere que su equipo podría estar evaluando cuidadosamente el proceso de rehabilitación antes de comprometerse con un calendario definitivo, priorizando una recuperación completa sobre un regreso apresurado.












