Paralelamente, surgió un conflicto con el Sindicato de Camioneros, cuyo dirigente, Flavio Rolando Ibarra, anunció que los choferes no prestarían servicio durante la noche del 15 y madrugada del 16 de septiembre.

La negativa se fundamentó en "amenazas anónimas" y el riesgo de vandalismo en colonias populares, poniendo en peligro tanto a conductores como a pasajeros.

Ibarra enfatizó que la decisión de trabajar sería voluntaria y sin represalias. Esta postura contrasta con los planes del gobierno, que aseguró tener garantizado el transporte gratuito con 156 camiones de 52 rutas hasta la 1:00 de la madrugada, con el respaldo de operativos de seguridad. El secretario de Gobierno, Feliciano Castro, expresó su confianza en que se llegaría a un acuerdo, pero la situación evidenció la brecha entre las garantías oficiales y la percepción de riesgo de los trabajadores.