Narró que durante su cautiverio mantuvo la fe a pesar de las difíciles circunstancias. "Un día de lluvia, con los ojos vendados, le dije a Dios: padre, cuida a mi madre y mis hermanos porque sé que ellos están sufriendo mucho; donde estaba me trataban como ustedes ya sabrán", expresó el síndico, mostrando su solidaridad con otras familias que han sufrido la desaparición de un ser querido. El evento reflejó el fuerte lazo comunitario en Aguaruto y convirtió el regreso del síndico en un símbolo de esperanza y un catalizador para la exigencia colectiva de paz en una zona golpeada por la violencia.