Culiacán y sus alrededores atraviesan una de sus peores crisis de seguridad en la última década, marcada por una violenta pugna interna del Cártel de Sinaloa. Este conflicto, que cumplió un año en septiembre de 2025, ha dejado un saldo devastador de homicidios, desapariciones y un clima de miedo generalizado que ha alterado la vida cotidiana de los ciudadanos. La ola de violencia se desató tras la detención en julio de 2024 de Ismael "El Mayo" Zambada, cofundador de la organización, un hecho que se atribuye a una entrega por parte de Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de "El Chapo" Guzmán. Esta captura generó un vacío de poder que derivó en una sangrienta guerra entre dos facciones: "Los Chapitos" y "Los Mayos".
Según cifras del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), el conflicto ha causado, desde el 9 de septiembre de 2024, alrededor de 1,828 homicidios dolosos y 2,390 desapariciones forzadas. Otras fuentes elevan las cifras a casi 2,000 asesinatos y más de 1,900 secuestros. La violencia ha impactado la vida social y económica, con el cierre de más de 300 negocios, pérdidas económicas estimadas en 6 mil millones de pesos y el desplazamiento de al menos 90,000 personas. El coordinador del CESP, Miguel Calderón Quevedo, advirtió que las instituciones de seguridad en Sinaloa están debilitadas y dependen del respaldo federal, afirmando que "si las corporaciones federales no estuvieran presentes, el problema sería dos o tres veces más grave". La situación ha provocado que pueblos enteros vivan bajo fuego constante y que las carreteras sean bloqueadas con frecuencia, a pesar del despliegue de más de 10,000 elementos de seguridad.
En resumenA un año del inicio de la guerra interna del Cártel de Sinaloa, Culiacán enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes con miles de víctimas. La violencia ha rebasado a las autoridades locales, afectando profundamente la estructura social y económica de la región y dejando a la población civil atrapada en el fuego cruzado.