Miles de ciudadanos tomaron las calles de Culiacán en una manifestación histórica para exigir paz y el cese de la violencia que azota la entidad. La movilización, convocada por al menos 36 organizaciones civiles y empresariales, fue descrita como un "grito de hartazgo" ante la incapacidad de las autoridades para contener la ola de criminalidad. La marcha, realizada el domingo 7 de septiembre de 2025, congregó a familias, empresarios, comerciantes, abogados, madres buscadoras y ciudadanos en general, la mayoría vestidos de blanco. Los organizadores estimaron una participación de alrededor de 20,000 a 30,000 personas, quienes recorrieron la avenida Álvaro Obregón desde la parroquia de La Lomita hasta la catedral.
Durante el trayecto, los manifestantes corearon consignas como "¡Ya basta, queremos paz!
", "¡Recuperemos nuestras calles!"
y "¡Fuera Rocha! ", en una clara muestra de descontento hacia la gestión del gobernador Rubén Rocha Moya. Martha Reyes Zazueta, presidenta de la Coparmex-Culiacán, leyó un documento en el que se demandó una mayor intervención del gobierno federal ante la "nula actuación de Rocha". El obispo de Culiacán, Jesús Herrera Quiñonez, bendijo el inicio de la marcha, describiéndola como una "oración en movimiento" y una súplica por la paz. La protesta también visibilizó el impacto económico de la inseguridad, con la pérdida de 40,000 empleos y el cierre de unos 2,000 negocios, según Óscar Sánchez, de la Unión de Comerciantes en Culiacán.
En resumenLa masiva marcha por la paz en Culiacán evidenció el profundo descontento ciudadano con la crisis de seguridad. La sociedad civil, unida en un clamor por la tranquilidad, exigió acciones contundentes a los gobiernos estatal y federal, y demostró que la demanda de seguridad es una prioridad urgente para la población sinaloense.