La prestación del servicio de transporte público en Culiacán durante la noche del Grito de Independencia se vio envuelta en incertidumbre debido a las preocupaciones de seguridad de los operadores. Aunque el gobierno estatal garantizó un operativo de traslado gratuito, los choferes manifestaron su temor a operar en horarios extendidos por el riesgo de amenazas y vandalismo. El director de Vialidad y Transporte del Estado, Marco Antonio Osuna Moreno, había anunciado un operativo con 156 camiones de 52 rutas para ofrecer servicio gratuito hasta la 1:00 de la madrugada del 16 de septiembre, con el fin de facilitar la movilidad de los asistentes a los festejos. El secretario de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez, aseguró que se mantendría comunicación con el sindicato y que se brindaría protección en los traslados. Sin embargo, el Sindicato de Camioneros, a través de su dirigente Flavio Rolando Ibarra, expresó una postura cautelosa.
Ibarra confirmó que no se obligaría a los conductores a trabajar y que no habría represalias si decidían no prestar el servicio.
La decisión final, según el sindicato, recaería en cada chofer, quienes podrían optar por suspender la operación a última hora si percibían un riesgo para su seguridad o la de los pasajeros. Los choferes alegaron haber recibido amenazas anónimas y señalaron el peligro recurrente de vandalismo en colonias populares durante la madrugada, lo que motivó su rechazo inicial a la solicitud de extender los horarios.
En resumenLa tensión entre la necesidad de transporte público para los eventos masivos y la realidad de la inseguridad en Culiacán quedó de manifiesto en la postura de los choferes. Su decisión de operar de manera voluntaria y condicionada a las circunstancias de seguridad evidenció los desafíos que enfrenta la ciudad para garantizar servicios básicos en un contexto de violencia.