Por segundo año consecutivo, el Gobierno de Sinaloa suspendió la celebración masiva del Grito de Independencia en Culiacán debido a la crisis de violencia que afecta a la entidad. La decisión, anunciada por el gobernador Rubén Rocha Moya, limitó la conmemoración a un acto cívico protocolario con la presencia de autoridades y fuerzas armadas, sin la participación ciudadana ni los espectáculos artísticos previamente anunciados. El gobernador justificó la medida como un acto de responsabilidad para salvaguardar la seguridad de las familias sinaloenses. En un mensaje, declaró: “Como Gobernador de Sinaloa, honrando mi deber y mi responsabilidad de actuar en estricto interés de las familias del estado he decidido que este 15 de septiembre, la celebración de nuestra Independencia se limitará únicamente al acto cívico protocolario”.
Rocha Moya admitió haber tomado la decisión por temor a una provocación que pusiera en riesgo a la ciudadanía, afirmando: “Tuve miedo a una provocación(…) no podemos poner en riesgo a la ciudadanía y más vale la prudencia”. La cancelación implicó la suspensión de las presentaciones de artistas como Miguel Bosé, Marisela y El Coyote. La medida se produce en un contexto de violencia derivado de la disputa interna en el Cártel de Sinaloa entre las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayitos”, que según cifras citadas, ha dejado casi 2,000 homicidios y casi 2,000 desaparecidos en poco más de un año. El acto protocolario finalmente se realizó en la explanada del Palacio de Gobierno con una notable ausencia de público, contando principalmente con la presencia de unos 500 cadetes de la Universidad de la Policía, funcionarios y un reducido grupo de civiles. Esta situación contrasta con la celebración en otros municipios como Mazatlán, donde sí hubo festejos masivos, lo que generó un debate sobre la disparidad de condiciones de seguridad dentro del mismo estado.
En resumenLa suspensión del festejo masivo del Grito de Independencia en Culiacán refleja la grave crisis de seguridad que vive la capital sinaloense. La decisión del gobernador, motivada por el temor a la violencia, subraya la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad en eventos públicos de gran magnitud, marcando el segundo año consecutivo en que la celebración patria se ve opacada por la violencia del crimen organizado.