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Gobierno de Sinaloa cancela festejos masivos del Grito de Independencia en Culiacán por segundo año consecutivo

Ante la persistente crisis de violencia, el gobernador Rubén Rocha Moya anunció la cancelación de los festejos populares del Grito de Independencia en Culiacán, limitando la conmemoración a un acto cívico protocolario. Esta decisión, tomada por segundo año consecutivo, subraya el grave impacto de la inseguridad en la vida pública de la capital sinaloense. La determinación de suspender los eventos masivos, que incluían presentaciones de artistas como Miguel Bosé, Marisela y El Coyote, fue justificada por el gobernador como un acto de responsabilidad para proteger a la ciudadanía. En sus propias palabras, Rocha Moya admitió: “Tuve miedo de alguna provocación, algún tema cualquiera que te genere algún desconcierto en una concentración y digo, no podemos poner en riesgo a la ciudadanía y más vale la prudencia”. La decisión se enmarca en un contexto de violencia derivado de la pugna interna del Cártel de Sinaloa entre las facciones de 'Los Chapitos' y 'Los Mayitos', que ha dejado, según cifras citadas en los artículos, casi 2,000 homicidios y cerca de 2,000 desaparecidos en poco más de un año. El acto final se realizó en la explanada del Palacio de Gobierno con baja afluencia ciudadana, seguridad reforzada y la presencia de cadetes de la Universidad de la Policía para llenar el espacio. La senadora priista Paloma Sánchez criticó la intención inicial de realizar el evento, acusando al gobernador de querer “una foto que le compita a la foto de la marcha” por la paz y cuestionando el gasto de 16 millones de pesos en artistas en lugar de atender otras necesidades. La cancelación de última hora refleja la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad en eventos públicos de gran magnitud, evidenciando que la estrategia de seguridad no ha logrado contener la violencia que afecta la vida cotidiana de los culiacanenses.

En resumen

Por segundo año consecutivo, la celebración del Grito de Independencia en Culiacán fue suspendida debido a la crisis de inseguridad. La decisión del gobernador de limitar el evento a un acto protocolario sin público refleja la gravedad de la violencia en el estado y la prioridad de proteger a los ciudadanos sobre las tradiciones festivas.