Las integrantes realizaron un homenaje simbólico a sus familiares desaparecidos frente a la Catedral, exigiendo acciones a las autoridades. Coincidiendo con las campanadas del mediodía del 15 de septiembre, las integrantes del colectivo, portando fotografías de sus seres queridos, entonaron el Himno Nacional y nombraron uno a uno a sus desaparecidos.

La lideresa del colectivo, María Isabel Bernal Cruz, expresó el sentir del grupo: “No podemos gritar viva México porque estamos muertos en vida, estamos en una violencia que no tiene fin y creo que no es un grito para celebrar”.

Señaló que, desde el inicio de la guerra interna del Cártel de Sinaloa, el estado suma más de 3,000 casos de desapariciones. Como parte de su protesta, realizaron un performance llamado “Sangre de mi Sangre”, que consistió en cubrir el parador fotográfico de Culiacán y las escalinatas de la Catedral con una red tejida que simulaba sangre, representando la violencia que ha afectado a tantas familias. Además, colocaron más de 200 fichas de búsqueda en las escalinatas de la iglesia. Este acto se contrapone a la celebración oficial, que fue cancelada en su formato masivo por el gobierno estatal debido a la misma violencia que el colectivo denuncia, demostrando las profundas heridas sociales que persisten en la capital sinaloense.