Una mujer que se hizo pasar por personal de enfermería fue detenida en el Hospital General de Culiacán tras intentar aplicar una sustancia desconocida a un paciente. Este incidente activó una intensa movilización de seguridad y puso de manifiesto la vulnerabilidad de los centros médicos ante la infiltración de grupos criminales. El suceso ocurrió la tarde del miércoles 17 de septiembre, cuando personal del hospital detectó a la mujer en el área de encamados debido a su comportamiento sospechoso y alertó a las autoridades. Según la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, “la presunta agresora se hizo pasar por personal médico del hospital e ingresó al área de encamados, donde intentó aplicar una sustancia desconocida a un paciente”. Elementos de la Guardia Nacional y otras corporaciones respondieron al llamado, deteniendo a la sospechosa. Durante la revisión, se le encontró una jeringa con una sustancia no identificada, la cual fue puesta a disposición de las autoridades para su análisis. La identidad de la mujer y del paciente no fueron reveladas. Versiones extraoficiales indican que la mujer buscaba acceder a la zona donde se atienden a personas heridas por arma de fuego.
Este evento no es un caso aislado.
Apenas el 8 de septiembre, un hombre vestido de médico también fue detenido en el mismo hospital con una jeringa, aunque no logró llegar al área de pacientes. En total, la Secretaría de Salud ha registrado seis incidentes similares en hospitales del estado, cinco de ellos en el interior de las instalaciones, con el objetivo de “rematar” a pacientes. Como respuesta, se han implementado operativos especiales y protocolos de seguridad interinstitucional, que permitieron la detección de estas dos personas. El paciente objetivo del ataque se encuentra bajo monitoreo permanente, y un dispositivo de seguridad resguarda el hospital.
En resumenLa detención de una falsa enfermera en el Hospital General de Culiacán subraya una alarmante táctica utilizada por el crimen organizado para atacar a sus rivales dentro de instalaciones médicas. A pesar de los protocolos de seguridad reforzados tras incidentes previos, el hecho demuestra que los hospitales siguen siendo un frente vulnerable en la crisis de violencia, obligando a las autoridades a mantener una vigilancia constante para proteger a pacientes y personal.