El propio gobernador ha reconocido públicamente la crisis, afirmando: “Es un estado que tiene un problema de inseguridad, reconocido por su puesto, como lo estoy reconociendo ahora y lo seguimos reconociendo”. El ataque a un familiar directo de la máxima autoridad estatal, a pesar de contar con protección, envía un mensaje contundente sobre la audacia de los grupos criminales y el riesgo que enfrenta toda la población de Culiacán.