El suceso ocurrió el 23 de septiembre en el bulevar Jesús Kumate, cuando una camioneta Jeep Cherokee asignada a Eneyda Rocha Ruiz, presidenta del DIF Sinaloa e hija del gobernador, fue agredida a balazos. En el vehículo viajaba su hija menor de edad, quien resultó ilesa, pero dos de sus escoltas sufrieron heridas, uno de ellos de gravedad. La versión oficial, sostenida por el gobernador y respaldada inicialmente por la presidenta Claudia Sheinbaum, apunta a un “intento de despojo de camioneta”. Sin embargo, esta narrativa ha sido cuestionada por analistas y la oposición política.

El periodista Raymundo Riva Palacio argumentó que la versión “esconde la verdad porque es más fuerte de lo que pueden manejar”, sugiriendo que la alineación de los disparos indica un ataque directo con la menor como objetivo. Por su parte, el PAN, a través del senador Ricardo Anaya, criticó la situación de indefensión de la ciudadanía: “se salvó porque tenía camioneta blindada y guaruras.

En Sinaloa, el 99.9% de los ciudadanos no tienen esa posibilidad”.

La agresión coincidió con la visita del gabinete de seguridad federal a Culiacán, lo que para la diputada local Roxana Rubio Valdez, del PAN, evidenció que la presencia de altos mandos federales “solo vino a incendiar más la guerra”. Eneyda Rocha Ruiz lamentó el hecho y resumió la situación con la frase: “Vivimos en Culiacán”.