Líderes transportistas como Joel Camacho González y José Guadalupe Quintero Vega han denunciado que la afluencia de pasajeros se desploma después de las 20:00 horas, haciendo inviables las rutas nocturnas. “En las noches no más se oscurece y la gente se tira a matar para su casa”, explicó un dirigente, describiendo un toque de queda autoimpuesto por la ciudadanía. Este miedo generalizado también ha afectado las celebraciones por el 494 aniversario de la ciudad.

El Ayuntamiento anunció que los festejos se realizarían sin eventos masivos y con actividades limitadas a un horario que concluye a más tardar a las 20:00 horas, una medida calificada como “responsable” por los organizadores.

En el ámbito económico, la situación es crítica. Columnas de opinión y reportes de organismos como la Coparmex señalan pérdidas económicas que superan los 70 mil millones de pesos, el cierre de miles de comercios y la fuga de inversión extranjera debido a delitos como el robo de mercancías en carreteras y la extorsión. La violencia ha dejado de ser una percepción para convertirse en “hechos que están modificando los hábitos cotidianos y la dinámica económica” de la región.