Líderes transportistas han manifestado su preocupación ante una situación que ha vuelto inviables las rutas nocturnas.
Joel Camacho González, presidente de la Federación de Autotransportes del Estado, reconoció que la gente tiene miedo y que cualquier leve recuperación se ve frustrada por nuevas olas de violencia. “En las noches no más se oscurece y la gente se tira a matar para su casa”, explicó, señalando que, aunque los camiones circulan hasta las 21:00 horas, la demanda después de las 20:00 es mínima. Por su parte, José Guadalupe Quintero Vega, presidente de la Alianza de Minibuses Blancos, ilustró la crisis con un ejemplo concreto: “En mi camión, el Nuevo Culiacán número 20, a las 8:45 de la noche apenas subieron 10 personas en todo el recorrido.
Con 10 boletos vendes 120 pesos, pero entre diesel, chofer y mantenimiento terminas poniendo dinero”.
Comparó esta cifra con los 50 o 60 boletos que se vendían antes de la crisis, lo que hacía la vuelta nocturna redituable.
Hoy, el aforo apenas alcanza un 15% de esa cifra.
“Antes hasta peleaban por hacer la vuelta de la noche, ahora es pérdida segura”, subrayó. A pesar de que la Dirección de Vialidad y Transporte mantiene comunicación con el sector, el problema de fondo es la falta de confianza de los ciudadanos, quienes prefieren resguardarse en sus hogares, dejando las calles de la ciudad vacías al caer la noche.