Para los activos, las retenciones iniciarían en un 5% y aumentarían gradualmente hasta un 15%. Además, los funcionarios de alto nivel tendrían un descuento adicional del 10% en su salario.

La reestructuración no solo es financiera; también incluye medidas académico-administrativas como la compactación de unidades académicas para reducir la burocracia y un análisis para recortar personal no esencial. El Consejo Universitario ya aprobó de manera unánime someter la propuesta a votación, en un proceso en el que se espera la participación de cerca de 18 mil personas, entre trabajadores activos y jubilados.