“El estado de Sinaloa se está derrumbando totalmente y no vemos que detengan nada.

Esto está igual [desde hace] 12 meses”, lamentó.

Según el dirigente, el temor de los ciudadanos a que les roben sus vehículos es un factor clave, ya que los robos se han generalizado sin discriminar marca, modelo o año, con un promedio de 19.4 unidades robadas diariamente. Esta situación ha provocado que el costo de los seguros de auto se duplique o triplique, haciendo aún más difícil la adquisición de un vehículo.

Como consecuencia, Sinaloa ha caído del octavo al vigésimo primer o segundo lugar a nivel nacional en venta de autos. La crisis ha forzado a las agencias a despedir a cerca de una tercera parte de su personal, lo que se traduce en cientos de empleos perdidos.

Además, muchos empresarios del sector están buscando invertir en otros estados para mitigar las pérdidas.

El impacto económico no se limita a la industria automotriz. La Unión de Locatarios del Centro de Culiacán también reportó pérdidas millonarias, en su caso, debido a las inundaciones, que se suman a la ya difícil situación económica provocada por la inseguridad, que ha mermado la afluencia de clientes y la confianza para invertir.