Especialistas advierten que este fenómeno no es inevitable y puede mitigarse con una planeación urbana sostenible y acciones coordinadas.

Durante la conferencia “Calor Extremo Culiacán”, Jimena Iracheta Carrol, directora técnica del Centro Eure, presentó los resultados del estudio “Calor Extremo México”, que analizó el impacto de las altas temperaturas en cinco ciudades, incluyendo la capital sinaloense. El informe destaca que Culiacán ha perdido 145 kilómetros cuadrados de bosque en las últimas dos décadas, a un ritmo de 6.28 km² anuales, y ha registrado sequías cada año desde 2003.

La expansión de la mancha urbana está reemplazando vegetación y suelos agrícolas con superficies impermeables que elevan la temperatura local, creando “islas de calor”. Zonas como los alrededores de la Central de Abastos, el Parque Culiacán 87 y la colonia Díaz Ordaz fueron identificadas como puntos críticos con alta concentración de calor. Además, la alta tasa de motorización de la ciudad, con 607 vehículos por cada mil habitantes, contribuye significativamente a este problema.

Iracheta Carrol enfatizó que “estamos viviendo ahorita el año más frío de todo el futuro, del resto de nuestra vida”, instando a prepararse para un futuro más cálido. Entre las estrategias propuestas se incluyen la recuperación de áreas verdes, el rediseño de espacios con materiales térmicos y la promoción de una movilidad sustentable. Aunque Culiacán posee ventajas naturales como su red de ríos, la falta de una política de desarrollo urbano sostenible podría anularlas.