Las protestas generaron un severo caos vial y pusieron de manifiesto la crisis que enfrenta uno de los sectores económicos más importantes del estado. Desde la mañana del 14 de octubre, los agricultores bloquearon la avenida Álvaro Obregón, una de las arterias principales de la capital, así como la caseta de peaje de El Pisal en la autopista Benito Juárez. Estas acciones forman parte de una movilización coordinada en al menos 17 estados, convocada por organizaciones como Campesinos Unidos de Sinaloa, liderada por Baltazar Valdez Armentía. La principal demanda de los manifestantes es el establecimiento de un precio de garantía de 7,200 pesos por tonelada de maíz, cifra que consideran necesaria para cubrir los costos de producción y asegurar la rentabilidad. Además, exigen la exclusión de los granos básicos del T-MEC para proteger la producción nacional, la restitución de la banca de desarrollo agrícola y el pago de apoyos pendientes desde hace tres años. Magdiel Gastélum Medina, un agricultor de Navolato, expresó la frustración del sector: “Le pedimos a la Presidenta Claudia Sheinbaum que por favor nos atienda, somos el sector agrícola, somos quienes damos de comer a la Nación”. Por su parte, el gobernador Rubén Rocha Moya reconoció la legitimidad de sus reclamos, pero les pidió manifestarse con responsabilidad y sin afectar a terceros, especialmente los accesos al aeropuerto. Tras ocho horas de plantón, los productores se retiraron por cuestiones de seguridad, pero advirtieron que el campo “agoniza” y podrían intensificar las protestas si no obtienen una respuesta favorable.