Sin embargo, el cerco policiaco-militar logró interceptarlos en el cruce de la avenida Álvaro Obregón y el bulevar Leyva Solano. En el lugar fueron detenidos cuatro hombres que vestían pantalones de tipo militar.

Durante la inspección del vehículo, las autoridades aseguraron un arsenal considerable que incluía seis armas largas, cuatro armas cortas, cuatro granadas, 35 cargadores y cofres para ametralladora.

Este suceso, ocurrido casi simultáneamente con una riña mortal en el penal de Aguaruto, sembró tensión en la capital. Un artículo de opinión destaca la aparente indiferencia de la ciudadanía ante la violencia, sugiriendo una peligrosa normalización: "Pareciera que los culiacanenses estuvieran normalizando la violencia.

Y esto último es delicado.

Cuando uno pierde su capacidad de asombro, entonces veremos que los asesinatos, balaceras y enfrentamientos son ya normales".