Entre el 13 y el 21 de octubre, se realizaron siete revisiones por parte del Grupo Interinstitucional. El operativo más reciente, el 21 de octubre, arrojó uno de los mayores aseguramientos de la semana, incluyendo una carabina AM-15, un fusil “cuerno recortado”, seis pistolas, 110 cartuchos, más de 400 dosis de marihuana y cocaína, 19 teléfonos celulares y tres radios. En el lapso de nueve días, los decomisos totales sumaron 94 celulares, ocho radios y ocho equipos de conexión a internet, entre ellos un dispositivo satelital Starlink, además de un arsenal considerable y cientos de dosis de drogas. Esta permeabilidad del penal facilita la violencia interna, como la riña registrada el 17 de octubre, que dejó un saldo de un interno muerto y tres heridos. Tras este evento, las autoridades aseguraron tres armas largas, dos cortas y un artefacto explosivo que fue destruido en el sitio.

Adicionalmente, se reportaron otros dos decesos de reclusos en días posteriores, uno de ellos por un posible infarto. La situación ha generado tal descontento que personal de custodia se manifestó en protesta por cambios de adscripción a otros penales, movimientos que extraoficialmente se relacionan con los hallazgos de contrabando.