El obispo llamó a los fieles a no vivir esta fecha con tristeza, sino con esperanza, y a honrar a los difuntos no solo con flores, sino con obras de amor y misericordia.

En un claro llamado a la acción social y espiritual, invitó a los creyentes a sembrar reconciliación ante el dolor que deja la violencia. “Lloramos por la conversión de los corazones, para que la justicia y la paz florezcan donde hoy reina el miedo”, concluyó, reflejando el sentir de una comunidad que busca consuelo en la fe mientras enfrenta una crisis de seguridad que ha dejado miles de muertos y desaparecidos.