En el marco de la conmemoración del Día de Muertos, el obispo de Culiacán, Jesús José Herrera Quiñónez, emitió un mensaje que conecta la tradición religiosa con la dolorosa realidad de violencia que vive Sinaloa. El líder católico señaló que las oraciones por los fieles difuntos se unen este año al sufrimiento de las familias que han perdido a seres queridos a causa de la criminalidad. Durante la misa del mediodía en la Catedral de Culiacán, el obispo Herrera Quiñónez pidió a Dios superar la espiral de violencia y sufrimiento en el país. “Este año nuestra oración por los difuntos se une al dolor por acontecimientos, que hemos vivido aquí en nuestra ciudad de Culiacán, en nuestra región de Sinaloa. Acontecimientos dolorosos de muchas personas, hombres y mujeres que han fallecido a causa de la violencia”, expresó. En su homilía, hizo referencia a casos específicos como el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, afirmando que “la muerte violenta de un servidor público y de cualquier persona es una herida al cuerpo de Cristo, porque toda vida humana es sagrada”.
El obispo llamó a los fieles a no vivir esta fecha con tristeza, sino con esperanza, y a honrar a los difuntos no solo con flores, sino con obras de amor y misericordia.
En un claro llamado a la acción social y espiritual, invitó a los creyentes a sembrar reconciliación ante el dolor que deja la violencia. “Lloramos por la conversión de los corazones, para que la justicia y la paz florezcan donde hoy reina el miedo”, concluyó, reflejando el sentir de una comunidad que busca consuelo en la fe mientras enfrenta una crisis de seguridad que ha dejado miles de muertos y desaparecidos.
En resumenEl obispo de Culiacán, Jesús José Herrera Quiñónez, vinculó la conmemoración del Día de Muertos con el luto que vive la sociedad sinaloense por la violencia. En su mensaje, llamó a orar por las víctimas de la criminalidad y a transformar el dolor en acciones de paz y reconciliación, reflejando el profundo impacto social de la inseguridad en la región.