Este descenso se registra en medio de una ola de violencia que, según cifras recopiladas, acumula más de 2,267 asesinatos y 8,050 vehículos robados desde septiembre de 2024.
El impacto económico no se limita al turismo.
Sectores que dependían en gran medida de actividades vinculadas a la narcocultura están en crisis. Cirujanos plásticos de Sinaloa reportan una caída de hasta un 70% en los procedimientos estéticos, ya que pacientes y especialistas han migrado a otras ciudades. De manera similar, restaurantes de lujo, bares y antros han sufrido un desplome en sus ventas de hasta el 70%, con docenas de establecimientos cerrando. Un investigador de la UAS explicó que la clientela vinculada a actividades ilícitas, que realizaba consumos ostentosos, ha disminuido drásticamente. Incluso negocios tradicionales, como los "Raspados Doña Choko", con 25 años de historia, anunciaron su cierre temporal debido a la inseguridad y las bajas ventas, reflejando cómo la crisis afecta a todos los niveles de la economía local.













