La disputa interna del Cártel de Sinaloa ha provocado severas repercusiones económicas en Culiacán y el estado, manifestadas en una caída histórica de la inversión extranjera, una disminución en el tráfico de pasajeros en aeropuertos y una crisis en sectores como el de cirugías estéticas y restaurantes de lujo. La inestabilidad generada por el conflicto armado, que inició en septiembre de 2024, ha tenido un impacto directo y medible en la economía local. El aeropuerto de Culiacán registró una disminución del 2.3% en el total de pasajeros entre enero y septiembre de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior. A nivel estatal, la Inversión Extranjera Directa (IED) tuvo su peor arranque en 16 años, captando solo 21.6 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, una cifra drásticamente inferior a los 154.1 millones del mismo lapso en 2024. Además, sectores de servicios que dependían en parte del flujo de dinero ilícito han sufrido un colapso. Cirujanos plásticos de Sinaloa reportan una caída de hasta un 70% en los procedimientos estéticos. Una cirujana, Rafaela Martínez, comentó: “Ha habido un gran cambio, el número de cirugías que se realizan ha disminuido bastante”.
De manera similar, restaurantes de lujo y centros de esparcimiento han visto sus ventas desplomarse. Mariano Padilla, propietario de un restaurante, señaló que su “ticket promedio ha bajado drásticamente (...) a la mitad de lo que traíamos”. Un analista explicó que esta clientela podía gastar entre 60,000 y 80,000 pesos en una sola visita, un nivel de consumo insostenible para el ciudadano promedio.
Estos datos revelan cómo la narcoguerra no solo afecta la seguridad, sino que también desestabiliza la economía formal que, en cierta medida, se había vuelto dependiente de la derrama económica de actividades ilícitas.
En resumenLa violencia derivada de la pugna criminal en Sinaloa ha trascendido el ámbito de la seguridad, generando una crisis económica tangible que afecta la inversión, el turismo y sectores de servicios en Culiacán. La caída en el tráfico aéreo, la inversión extranjera y el colapso de negocios de lujo evidencian la profunda interconexión entre la economía formal y la informal en la región.