Primero fue baleada y, seis días después, los agresores regresaron, derribaron el portón, arrojaron un artefacto explosivo artesanal en su interior y le prendieron fuego, consumiendo un vehículo y los enseres domésticos.
Este patrón de violencia se repitió en el fraccionamiento Colinas de San Miguel, donde hombres armados a bordo de un Nissan Versa atacaron a balazos una casa en la calle Cerro del Tule, para después incendiarla. En el mismo sector, pero en la calle Cerro de La Campana, se registró otro incidente similar en el que un grupo armado ingresó a un inmueble, causó destrozos y lo incendió. La respuesta de las autoridades, incluyendo Bomberos, Policía Municipal y el Ejército, se ha centrado en sofocar los incendios y asegurar las zonas, pero hasta el momento de los reportes, no se habían anunciado detenciones relacionadas con estos hechos. La recurrencia y la brutalidad de estos ataques en áreas residenciales, algunas cercanas a centros educativos como una preparatoria de la UAS, han incrementado la percepción de inseguridad entre los habitantes de la capital sinaloense.













