Este fenómeno se atribuye directamente a la crisis de seguridad que vive el estado. El sector de servicios también ha sufrido las consecuencias. Clínicas de belleza y salones de estética reportan una “baja histórica en ingresos y personal”, ya que la violencia ha provocado la migración de especialistas y ha ahuyentado a la clientela.

El impacto más dramático se observa en el tejido social con el desplazamiento forzado. Cifras oficiales indican que la “narcoguerra” ha provocado el desplazamiento de 50 comunidades en Sinaloa, con Culiacán como uno de los municipios más afectados. Entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025, casi 2,000 familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares y tierras debido a la inseguridad, perdiendo su patrimonio y medios de vida.

Estos indicadores demuestran que la violencia no solo se refleja en las estadísticas criminales, sino que también erosiona la economía y desintegra comunidades enteras.