Operativos sorpresa realizados en el Centro Penitenciario de Aguaruto, en Culiacán, resultaron en el decomiso de decenas de teléfonos celulares, cargadores y armas punzocortantes de fabricación casera, evidenciando graves fallas en los controles de seguridad internos. En menos de una semana, las autoridades de seguridad de Sinaloa llevaron a cabo al menos tres revisiones en los módulos del penal, confirmando la presencia recurrente de objetos prohibidos. En un operativo realizado el 11 de noviembre por la Policía Estatal Preventiva, en coordinación con fuerzas federales como el Ejército y la Guardia Nacional, se aseguraron nueve teléfonos, 17 "puntas" (cuchillos, desarmadores, tijeras), 15 cargadores y 10 objetos contundentes.
Apenas tres días antes, otra inspección había arrojado el hallazgo de 10 celulares, 12 cargadores y diversas sustancias ilícitas.
Un tercer esculque, realizado el 10 de noviembre, sumó otros 11 teléfonos y 22 puntas al decomiso total. La suma de estos hallazgos en tan corto tiempo —más de 30 celulares y 70 armas hechizas— expone una problemática sistémica que permite el contrabando de estos artefactos al interior del reclusorio. Las autoridades han indicado que estos operativos continuarán de manera sorpresiva para evitar el ingreso de objetos que representan un riesgo para la seguridad del personal y de la población penitenciaria. Todo el material confiscado fue puesto a disposición del Ministerio Público y la Fiscalía estatal para iniciar las investigaciones correspondientes y deslindar responsabilidades, incluyendo posibles omisiones o complicidad por parte del personal penitenciario.
En resumenLos decomisos consecutivos en el penal de Aguaruto demuestran una vulnerabilidad crítica en la seguridad del centro, sugiriendo la existencia de redes de corrupción que facilitan el ingreso de contrabando y ponen en riesgo la gobernabilidad de la prisión.