La economía de Culiacán enfrenta una compleja dualidad, marcada por el severo impacto de la crisis hídrica y la inseguridad en el precio de alimentos básicos como la carne de res, mientras que en el centro de la ciudad se observa una lenta reactivación comercial. El precio de la carne de res ha experimentado un alza acumulada de aproximadamente 50 pesos por kilogramo en los últimos diez meses, vendiéndose hasta en 250 pesos en mercados populares y casi 290 en supermercados. Comerciantes del mercado Garmendia, como Héctor Armando Morán, atribuyen este incremento a una combinación de factores: la sequía que ha reducido el hato ganadero, la especulación de intermediarios y la inseguridad en las carreteras que afecta el abasto.
"Pido 30 piezas y me traen cinco.
A veces ni la mitad de lo que pido.
Argumentan que no hay", relató Morán, describiendo una escasez que se agrava desde hace meses.
Esta situación ha obligado a los carniceros a reducir sus márgenes de ganancia y a buscar alternativas como la carne importada. En contraste con este panorama inflacionario, el dirigente de la Unión de Locatarios del Centro, Óscar Sánchez, informó que cerca del 40% de los negocios que habían cerrado en el primer cuadro de la ciudad debido a la violencia y la crisis económica han logrado reabrir. Aunque esta cifra representa una señal de resiliencia, los comerciantes reconocen que el panorama general sigue siendo difícil, a pesar de eventos como la Feria Internacional del Libro que generan afluencia temporal.
En resumenLa situación económica de Culiacán refleja una lucha constante: por un lado, la inflación en productos esenciales golpea el bolsillo de las familias y, por otro, el sector comercial del centro muestra signos de recuperación, aunque frágil, en medio de un entorno adverso.