El saldo oficial ajustado por la fiscalía fue de ocho personas lesionadas, de las cuales “son 5 menores de edad, entre 12 y 16 años, y 3 personas adultas”. Las víctimas sufrieron heridas por esquirlas producto de la onda expansiva y, según la funcionaria, se encontraban fuera de riesgo. Este método de ataque, que ya se ha observado en otras regiones del país como Michoacán, representa una escalada significativa en la violencia en Sinaloa, al emplear tecnología para aterrorizar a la población en eventos sociales. El incidente ocurrió en el Salón de Eventos Las Vegas y generó pánico entre los asistentes, muchos de los cuales fueron trasladados a hospitales por sus propios medios antes de la llegada de los servicios de emergencia, lo que inicialmente dificultó el conteo preciso de víctimas. El hecho se enmarca en un contexto donde Sinaloa es una de las entidades con mayor número de decomisos de artefactos explosivos improvisados, lo que evidencia la capacidad de los grupos criminales para fabricar y desplegar este tipo de armamento.