Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, acusó a Netanyahu de aferrarse al poder mientras su hijo “lucha por sobrevivir en túneles oscuros”. La exrehén Ilana Gritzewsky, liberada en un acuerdo previo, relató entre lágrimas cómo sigue “viviendo en cautiverio” mientras su pareja, Matan, permanece secuestrado.

“Lo imagino hambriento y sediento.

Me pregunto si aún recuerda cómo sueno o cómo me veo”, confesó.

Las críticas también apuntaron a la estrategia militar del gobierno.

Orna Neutra, madre de un soldado asesinado cuyo cuerpo está retenido, advirtió que quienes planean la ocupación de Gaza sin proteger a los rehenes “cargarán con una marca de vergüenza eterna”. El sentir general de los manifestantes es que ninguna victoria militar justifica el sacrificio de los cautivos, reflejando una profunda fractura en la sociedad israelí sobre el manejo de la guerra.