El ejército israelí ha intensificado su ofensiva sobre la Ciudad de Gaza, ordenando por primera vez la evacuación completa de la urbe y sus alrededores, donde reside aproximadamente un millón de personas. Esta medida es el preludio de una incursión terrestre a gran escala, descrita por el primer ministro Benjamín Netanyahu como la “operación principal intensiva”. En los días previos a la orden de evacuación total, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han demolido decenas de edificios de gran altura, incluyendo torres residenciales, bajo el argumento de que Hamás los utiliza para infraestructura militar, como puestos de observación y recopilación de inteligencia. Netanyahu advirtió a los residentes: “Han sido advertidos, salid de ahí”.
Sin embargo, el desplazamiento forzoso enfrenta enormes obstáculos.
Según estimaciones del ejército israelí, más de 250,000 palestinos ya han abandonado la ciudad, pero la ONU y agencias humanitarias advierten que la llamada “zona humanitaria” en Al-Mawasi, al sur, está superpoblada y carece de infraestructura para acoger a más personas. Mohamad Abu Salmiya, director del complejo médico Al Shifa, señaló que “solo un pequeño número de personas pudo llegar al sur” y que quienes lo logran “a menudo no encuentran ningún lugar donde quedarse”.
La situación ha sido calificada de hambruna por la ONU, y residentes como Umm Anas al Ashqar describen la vida bajo los bombardeos constantes como insostenible: “La muerte sería más fácil que esto”. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el empeoramiento de la catástrofe humanitaria, pero Israel mantiene su objetivo de desmantelar lo que considera el último bastión de Hamás.
En resumenLa orden de evacuación total de la Ciudad de Gaza y la demolición sistemática de su infraestructura marcan una nueva fase devastadora en la ofensiva israelí. A pesar de las advertencias de una catástrofe humanitaria por parte de la ONU, el desplazamiento forzoso de cientos de miles de civiles continúa, dejando a la población atrapada entre los bombardeos y la falta de refugios seguros en el sur del enclave.