Estas acciones representan una respuesta directa a los continuos ataques con drones y misiles que los hutíes, respaldados por Irán, lanzan contra Israel.

El ataque más reciente sobre el puerto de Al Hodeida fue precedido por una advertencia de evacuación emitida por el ejército israelí. El portavoz militar hutí, Yahya Sarea, afirmó que sus defensas aéreas se enfrentaron a la aviación israelí, aunque la televisión controlada por el movimiento reportó que los bombardeos alcanzaron la instalación portuaria.

Esta ofensiva se enmarca en un ciclo de represalias. Israel ha justificado sus acciones como una respuesta a los ataques hutíes, que se realizan en solidaridad con los palestinos de Gaza. Previamente, bombardeos israelíes sobre la capital, Saná, y la provincia de Al Jawf dejaron un saldo de 46 muertos y 165 heridos, según el Ministerio de Salud controlado por los hutíes. Los ataques israelíes también han causado la muerte de altos funcionarios del gobierno rebelde; a finales de agosto, un bombardeo acabó con la vida del primer ministro y otros once miembros de su ejecutivo. Israel argumenta que el puerto de Hodeida es un corredor clave para el contrabando de armas iraníes, lo que convierte su neutralización en un objetivo estratégico para su autodefensa preventiva.