La crisis humanitaria en la Franja de Gaza ha alcanzado un punto crítico, con autoridades locales reportando más de 400 muertes por hambre y desnutrición, incluyendo 145 niños. La situación se atribuye directamente a la ofensiva israelí y a las severas restricciones impuestas a la entrada de ayuda humanitaria. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, la cifra de palestinos muertos por estas causas ascendió a 425. Este dato se agrava tras la declaración oficial de hambruna en el norte de la Franja por parte de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) en agosto, desde la cual se han registrado 147 fallecimientos por inanición. El bloqueo a la entrada masiva de ayuda humanitaria por parte de Israel, que según los informes dura más de seis meses, ha forzado a la población a depender de complejos militarizados para la distribución de alimentos, donde se han reportado ataques mortales.
Las autoridades gazatíes afirman que casi 2,500 palestinos han muerto tiroteados mientras intentaban acceder a dicha ayuda.
La desnutrición generalizada no solo causa muertes directas, sino que también colapsa otros servicios esenciales. Los servicios de transfusión de sangre están al borde de la suspensión total debido a que la población, debilitada por el hambre, no puede donar sangre, y los suministros son escasos. Esta catástrofe humanitaria se suma a las más de 64,900 víctimas mortales y casi 165,000 heridos que ha dejado la guerra desde octubre de 2023.
En resumenEl bloqueo de ayuda humanitaria y la ofensiva militar de Israel han provocado una hambruna declarada en Gaza, resultando en la muerte de más de 400 personas por desnutrición, entre ellas un gran número de niños. Esta catástrofe humanitaria se suma al elevado número de víctimas del conflicto y a la destrucción de infraestructura esencial.