Las autoridades gazatíes afirman que casi 2,500 palestinos han muerto tiroteados mientras intentaban acceder a dicha ayuda.

La desnutrición generalizada no solo causa muertes directas, sino que también colapsa otros servicios esenciales. Los servicios de transfusión de sangre están al borde de la suspensión total debido a que la población, debilitada por el hambre, no puede donar sangre, y los suministros son escasos. Esta catástrofe humanitaria se suma a las más de 64,900 víctimas mortales y casi 165,000 heridos que ha dejado la guerra desde octubre de 2023.