Estas declaraciones se suman a la creciente presión diplomática y jurídica sobre el gobierno israelí. Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, lanzó una advertencia contundente al exigir el fin de la “carnicería” en el territorio palestino. En una entrevista, Türk declaró que, aunque corresponde a la justicia determinar si se trata de un genocidio, “vemos que las pruebas se acumulan de manera alarmante”.
Su llamado a la paz fue enfático: “Todo el mundo pide un alto. Los palestinos, los israelíes… el mundo entero clama por la paz”. En una línea similar, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos, acusó a Israel de intentar llevar a cabo una “limpieza étnica”. Albanese aseguró que la ofensiva militar busca convertir la Ciudad de Gaza en un lugar “inhabitable” antes de proceder con el desplazamiento forzado de sus habitantes. La abogada italiana también señaló que la comunidad internacional está siendo cómplice al no actuar de manera decisiva ante la situación. Estas acusaciones, que se suman al informe de la comisión de la ONU que concluyó la comisión de genocidio, aumentan la presión sobre los organismos internacionales para que tomen medidas concretas, incluyendo la exigencia de un alto al fuego inmediato y la apertura de corredores humanitarios seguros.