Una fuente de la cancillería siria afirmó que esperan cerrar "varios acuerdos antes de fin de año, en primer lugar acuerdos militares y de seguridad". Se ha aclarado que estos diálogos no implican, por ahora, un acuerdo de paz formal ni la normalización de relaciones. Para Siria, los beneficios potenciales son enormes: podría conseguir el retiro de las fuerzas militares israelíes presentes en su territorio, lo que aumentaría su legitimidad interna, y lograr la remoción permanente de sanciones internacionales. Para Israel, consolidar este acercamiento significaría asegurar su frontera norte, eliminando la amenaza que representaba la alianza de la Siria de Assad con Irán, su enemigo acérrimo. Este nuevo escenario ha sido posible gracias a que Siria ha dejado de pertenecer al eje Irán-Hezbolá-Hamás-hutíes y ha sido arropado por la administración de Trump en Estados Unidos.