Aunque la mitad logró evacuar, el resto quedó atrapado con personal médico reducido. El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, condenó los hechos con un enérgico llamado: “Los ataques a instalaciones de salud deben terminar.

¡Alto el fuego!”.

Israel justifica estas acciones acusando a Hamás de utilizar instalaciones médicas con fines militares, aunque los artículos señalan que a menudo proporciona poca o ninguna evidencia para respaldar estas afirmaciones.

El ministerio gazatí afirma que la “ocupación ataca de forma deliberada y sistemática el sistema sanitario” como parte de una “política genocida”.