El gobierno de México ha elevado su tono diplomático respecto al conflicto en Oriente Medio, calificando la situación en la Franja de Gaza como un “genocidio” y llevando esta postura formalmente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta declaración, liderada por la presidenta Claudia Sheinbaum, reafirma el apoyo de México a la solución de dos Estados y su enérgica condena a la violencia contra la población civil. La presidenta Sheinbaum hizo un llamado explícito a “que pare este genocidio en Gaza”, una posición que fue reiterada por el canciller Juan Ramón de la Fuente ante la ONU. La mandataria subrayó que la postura de México se alinea con los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, y que su gobierno reconoce tanto al Estado de Israel como al Estado palestino. Esta política exterior busca un equilibrio, ya que México mantiene una estrecha relación comercial con Israel, con un acuerdo de libre comercio vigente desde el año 2000, siendo Israel su primer socio comercial en Medio Oriente.
Al mismo tiempo, el gobierno mexicano ha mostrado su compromiso humanitario, ofreciendo asistencia a los territorios palestinos y considerando la posibilidad de acoger a niños huérfanos del conflicto en coordinación con la ONU. Los gazatíes, sin embargo, han expresado desconfianza ante los reconocimientos internacionales, calificándolos de “inútiles” mientras la guerra continúe.
Abu Muhran, un desplazado, expresó: “Nuestra esperanza es que Dios detenga la guerra y punto”.
En resumenMéxico ha adoptado una postura diplomática firme al calificar la crisis en Gaza como un “genocidio” en el foro de la ONU, lo que lo alinea con un creciente número de naciones críticas hacia la ofensiva israelí. Aunque mantiene sus lazos diplomáticos y comerciales con Israel, el gobierno mexicano prioriza su apoyo a la solución de dos Estados y la protección de los derechos humanos, reflejando una política exterior que busca un equilibrio entre sus relaciones estratégicas y sus principios humanitarios.