Netanyahu calificó el reconocimiento como "un absurdo premio al terrorismo" y declaró enfáticamente que "no se establecerá un Estado palestino al oeste del río Jordán".

Esta postura endurece la posición de Israel frente a la comunidad internacional y anticipa una mayor expansión de los asentamientos en Cisjordania. La declaración de Netanyahu se produjo en una reunión de su gabinete, donde adelantó que su gobierno anunciará una "respuesta" formal tras su viaje a la Asamblea General de la ONU y su encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario israelí defendió su política de asentamientos, afirmando: "Durante años, he impedido el establecimiento de este Estado terrorista ante una enorme presión interna y externa". Sus ministros de ultraderecha, como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, han ido más allá, pidiendo la anexión inmediata de Cisjordania y el desmantelamiento de la Autoridad Palestina. El presidente de Israel, Isaac Herzog, se sumó a las críticas, argumentando que el reconocimiento no ayuda a los palestinos ni a la liberación de rehenes, sino que fortalece a "las fuerzas de la oscuridad". Esta postura refleja un consenso en la coalición de gobierno israelí que considera la creación de un Estado palestino como una amenaza existencial, especialmente tras los ataques del 7 de octubre de 2023.