Esta postura fue inmediatamente rechazada por Hamás.

Izat al Rishq, un alto dirigente del grupo, acusó a Abbas de traicionar los acuerdos de unidad nacional y de ceder a las presiones internacionales en un momento crítico.

Al Rishq lamentó que el líder de la ANP condenara a la resistencia mientras la "ocupación israelí" intensifica su violencia. Para Hamás, la propuesta de Abbas equivale a desmantelar la capacidad de defensa del pueblo palestino en medio de lo que describen como "la más peligrosa guerra de exterminio". Este enfrentamiento público subraya la histórica rivalidad entre Al Fatá, el partido de Abbas, y Hamás, complicando cualquier esfuerzo por establecer un gobierno unificado en los territorios palestinos.