En un comunicado, Katz afirmó: “Esta es la última oportunidad para abandonar la zona”. Para facilitar la salida, las autoridades militares israelíes anunciaron que el acceso hacia el sur de la Franja permanecerá abierto sin inspección para los civiles que no habían podido evacuar previamente.

Esta medida señala una inminente escalada en la ofensiva terrestre sobre el principal núcleo urbano del enclave.

La respuesta de Hamás fue inmediata, acusando a Israel de despreciar el derecho internacional y de poner en grave riesgo a la población civil atrapada, incluyendo mujeres, niños y ancianos. La advertencia se produce en un contexto de devastación generalizada. Relatores de la ONU y diversas organizaciones internacionales han alertado sobre la catástrofe humanitaria, con una cifra de muertos que, según el Ministerio de Salud de Gaza, supera las 66,000 personas, de los cuales más de 20,000 serían niños. La intensificación del cerco sobre la Ciudad de Gaza, donde miles de familias buscan refugio, podría marcar una de las fases más destructivas del conflicto, que ya se aproxima a su segundo aniversario.