Las críticas no se limitaron a gestos simbólicos.

La primera ministra italiana, Georgia Meloni, afirmó que Israel “ha traspasado un límite”, mientras que el canciller alemán, Johann Wadephul, describió la situación en Gaza como “un infierno en la Tierra” y “una pesadilla humanitaria”. El distanciamiento de Israel fue tal que Netanyahu rompió el protocolo al no reunirse con el secretario general de la ONU, António Guterres, un encuentro que se considera fundamental en estas cumbres. El ambiente de la Asamblea también reflejó una fragmentación global, con la ausencia de líderes como Vladímir Putin y Xi Jinping, y discursos contrapuestos entre el unilateralismo de Donald Trump y el llamado de China a no regresar a una “ley de la selva”.