En una maniobra para contener la crisis, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva comprometiendo a Estados Unidos a defender a Catar ante cualquier agresión externa, incluso con medidas militares. El decreto establece que un ataque contra la soberanía o infraestructura crítica de Catar se considerará una amenaza para la seguridad de EE.

UU.

La firma de esta orden ocurrió el mismo día que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitaba la Casa Blanca. Durante el encuentro, Trump forzó a Netanyahu a realizar una llamada a su homólogo catarí para disculparse por el ataque, en la que el líder israelí expresó su “profundo pesar”. Este movimiento subraya la importancia estratégica de Catar para Estados Unidos, que alberga la base aérea de Al Udeid, la mayor instalación militar estadounidense en la región, y fue designado “aliado importante no perteneciente a la OTAN” en 2022. La orden ejecutiva, aunque no es un tratado formal, representa un fuerte compromiso político para tranquilizar a un socio clave en el Golfo Pérsico.