A pesar del optimismo, la tregua es frágil.

Mientras miles de palestinos desplazados comenzaron a regresar a sus hogares en ruinas, persistían los bombardeos israelíes en algunas zonas de Gaza horas antes de la entrada en vigor del cese de hostilidades, y el primer ministro Benjamín Netanyahu advirtió que las fuerzas israelíes permanecerán en el enclave para garantizar su desmilitarización.