Esta advertencia se produce en un contexto de tensiones crecientes. Apenas dos días después de iniciada la tregua, se reportaron violaciones significativas. Un dron israelí mató a dos palestinos en el barrio de Shujaiya, y en incidentes separados, las fuerzas israelíes abrieron fuego contra civiles que intentaban regresar a sus hogares cerca de la "línea amarilla", causando la muerte de al menos seis personas. El ejército israelí justificó sus acciones afirmando que los civiles cruzaron las líneas acordadas y se aproximaron a sus tropas, representando una "amenaza".

Por su parte, Hamás también ha acusado a Israel de violar el alto el fuego con estos ataques. Estos enfrentamientos ponen de manifiesto la profunda desconfianza entre ambas partes y la dificultad de mantener la calma sobre el terreno, donde cualquier movimiento puede ser interpretado como una provocación y desencadenar una nueva escalada de violencia.