Como parte del acuerdo, Hamás se comprometió a devolver los restos de 28 rehenes que murieron en cautiverio. Sin embargo, tras la entrega de un primer grupo de cuatro cuerpos, los análisis forenses realizados en el Instituto Nacional de Medicina Forense de Israel revelaron que uno de ellos no coincidía con la identidad de ninguno de los cautivos. Hasta el momento, no se ha revelado la identidad del cuerpo en cuestión. La noticia provocó una reacción inmediata del primer ministro Benjamín Netanyahu, quien declaró: “No vamos a ceder en esto y no detendremos nuestros esfuerzos hasta que traigamos al último rehén fallecido”. En respuesta a lo que consideró un incumplimiento del acuerdo, Israel decidió no reabrir el paso fronterizo de Rafah con Egipto y notificó a la ONU que reduciría a la mitad la cantidad de camiones de ayuda humanitaria permitidos en Gaza, de 600 a 300 diarios. Este hecho subraya los enormes desafíos logísticos y la falta de confianza que amenazan la implementación del alto el fuego.